Cantiga 278Viñeta 6 |
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El ciego creyó a a la dueña y, en cuanto se hubo despedido de ella, caminó con toda prisa a Vila-Sirga. Allí hizo su oración y volvió a ver, ya que no se demoró Santa María en curarlo. Y todos los que luego estos acontecimientos supieron loaron a Santa María por tan hermoso milagro como el de sanar tan rápido a dos ciegos. * * * |